El nombre de Castilla se debe, precisamente, a ser una tierra de castillos. El caso es que en nuestro viaje por Castilla y León (en la Semana Santa de 2015) no podían algunos de los castillos más representativos. En la provincia de Segovia visitamos los de Cuéllar y Coca, y en la de Valladolid los de Medina y Peñafiel, de los que voy a hablar aquí.
MEDINA DEL CAMPO
Llegamos a Medina del Campo el martes por la tarde, después de visitar la abulense Madrigal de las Altas Torres. A Medina se llega por una recta carretera al fondo de la que se ve el castillo, dominando el panorama en el horizonte.
El castillo de Medina del Campo, también llamado de la Mota (no hay que confundirlo con la Fortaleza de la Mota de Alcalá la Real), es uno de los más notables e impresionantes de toda España. Se trata de un castillo mudéjar, construido en ladrillo y con un carácter más palaciego que militar. Tiene un innegable parecido con el de Coca, que visitamos unos días después, aunque quizás el segoviano destaca más por sus adornos mudéjares en muros y adarves. Pero los dos son símbolos de esa grandeza de Castilla que se identifica con los tiempos medievales, especialmente con el reinado de los Reyes Católicos.
Tras visitar el castillo nos dirigimos al centro de Medina, una ciudad de dilatada historia que, entre otras cosas, vio morir a Isabel la Católica, hace ya más de cinco siglos. La Plaza Mayor de Medina es una de las más grandes de España (quizá la más grande) y en época medieval albergó una feria de ganado conocida en toda Europa. En torno a la plaza se encuentran los edificios más importantes, como la Colegiata de San Antolín, el edificio barroco del Ayuntamiento, o el más modesto (a pesar de su nombre) Palacio Real, el edificio en el que murió la reina católica, que se ha convertido en un museo dedicado a su memoria.
PEÑAFIEL
El otro castillo de la provincia de Valladolid que visitamos fue el de Peñafiel. Esta localidad se encuentra en el extremo oriental de la provincia, dentro de la comarca vinícola de la Ribera de Duero. De hecho, en Peñafiel se localizan marcas tan conocidas como Protos, con una vanguardista bodega que se puede ver al pie del cerro del castillo.
El castillo de Peñafiel es impresionante: con su forma alargada, parece un inmenso barco varado sobre la colina que corona el pueblo. Para visitarlo, hay que tomar un autobús turístico que lleva hasta la entrada. El castillo ha sido muy bien restaurado y tiene unas vistas impresionantes desde sus torres y almenas, además de albergar un estupendo Museo del Vino con denominación de origen Ribera de Duero.
Pero Peñafiel es bastante más que un castillo y un destino para los amantes del vino. Es también una histórica localidad con un casco histórico lleno de interés. De forma muy especial, hay que destacar la espectacular Plaza del Coso, un espacio urbano habilitado como plaza de toros y lugar de espectáculos, desde tiempos medievales. La plaza está completamente cubierta de albero y rodeada por antiguas casas de madera, que durante las fiestas y espectáculos taurinos funcionan como palcos. A los amantes del cine la plaza les sonará, también, por ser un escenario de la película El Cid, dirigida por Anthony Mann en 1959.
Nuestra ruta de los castillos no acabó aquí: en el próximo post hablaré de los castillos segovianos de Cuéllar y de Coca.
RUTA POR CASTILLA Y LEÓN 2015:
1.- Ávila
2.- Arévalo y Madrigal de las Altas Torres
3.- Toro y Urueña
4.- Valladolid
5.- Ruta de los castillos: Medina del Campo y Peñafiel
6.- Ruta de los castillos: Cuéllar y Coca
Una cámara viajera 
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