El último fin de semana de mayo, coincidiendo con nuestro sexto aniversario de boda, Irene y yo hemos hecho una escapada al Caminito del Rey. Para quien no lo conozca, se trata de una ruta que atraviesa, sobre pasarelas colgadas en paredes verticales, el Desfiladero de los Gaitanes, en la provincia de Málaga.
UN CAMINO SOBRE EL ABISMO
Desde su reapertura, el Caminito del Rey se ha convertido en una atracción turística de primer orden. Pero los orígenes del camino se remontan a principios del siglo XX, cuando se construyeron las pasarelas sobre el desfiladero, coincidiendo con la apertura de una línea ferroviaria y una central hidroeléctrica. El apelativo «del Rey» se debe a la visita que hizo el rey Alfonso XIII a dichas instalaciones.
El tiempo fue pasando sobre aquel camino y las pasarelas se fueron deteriorando cada vez más, hasta que acabó prohibiéndose el acceso. Y así se llegó a 2015, en que se produjo la renovación y reapertura de la ruta.
Tengo que decir que popularidad del Caminito del Rey me parece totalmente justificada. La ruta tiene una enorme belleza paisajística, que justifica la visita incluso aunque no estuvieran las famosas pasarelas. De todos modos, no cabe duda que el aliciente principal, y lo que singulariza este lugar, es poder pasear por una pasarela colgada en el abismo. El Caminito se convierte así en una experiencia singular, difícilmente equiparable a ninguna otra visita turística en España.
Hay que tener en cuenta que para hacer el Caminito hay que andar bastante: casi 8 kilómetros en total. Se puede tardar fácilmente unas tres horas en completar el recorrido, incluso teniendo en cuenta que casi todo el tiempo se va descendiendo.
La popularidad del «Caminito» obliga a reservar las entradas con antelación. En nuestro caso hice la reserva en enero para un fin de semana de mayo. Como las entradas eran para el domingo por la mañana, decidimos también pasar la noche del sábado por la zona. Nos alojamos en el Complejo turístico La Garganta, un bonito hotel situado justo en la salida sur del Caminito. Nos ha parecido una gran opción, especialmente para quien tenga (como nosotros) reserva para hacer el Caminito por la mañana temprano, ya que se encuentra muy cerca de donde se toman los autobuses que llevan a la entrada. Además es un alojamiento con mucho encanto, con una terraza con piscina con unas magníficas vistas al entorno natural del Desfiladero de los Gaitanes.
RECORRIENDO EL CAMINITO
El domingo a las 9:30 estábamos ya esperando el autobús que lleva desde el Chorro hasta la entrada norte. El recorrido es unidireccional, y se hace en sentido de norte a sur. Aunque teníamos como hora de entrada las 10:30, en el hotel nos avisaron de que había que coger el autobús con un margen de tiempo de aproximadamente una hora.
Cuando nos bajamos del autobús, nos recomendaron el recorrido más largo (de 2,5 km) para llegar hasta el punto de acceso. Hay otro recorrido algo más corto, que también parte de la carretera. El camino va atravesando un bonito paisaje de bosque, que va descendiendo hasta correr paralelo al río.
Ya propiamente en la entrada del Caminito, se van organizando grupos y se entregan cascos. Inmediatamente comienza el recorrido por las pasarelas que van salvando el impresionante desfiladero. Este primer tramo de pasarelas atraviesa la parte más estrecha de la garganta, a una altura de varias decenas de metros sobre el nivel del río.
Más adelante, el río se abre a un pequeño valle rodeado de montañas, desde el que se ve la línea ferroviaria que atraviesa también el desfiladero.
A continuación comienza la parte más espectacular y conocida de la ruta: un segundo tramo de pasarelas, situadas a mayor altura y en medio de un paisaje rocoso impresionante. Tras pasar de un lado al otro por un puente colgante, se va descendiendo hacia la salida sur de la ruta.
Finalmente, queda cubrir la distancia (de unos 2 kilómetros) que lleva hasta la barriada del Chorro y el punto en el que se toma el autobús, que era precisamente donde habíamos dejado aparcado el coche.
En conclusión, es una ruta absolutamente recomendable y, sobre todo, distinta a cualquier otra cosa que se pueda hacer en Andalucía. Recomiendo visitarlo, especialmente en un día de primavera o de comienzo del otoño, cuando el tiempo probablemente puede ser más favorable. Además, hay otros lugares interesantes en los alrededores, como los pueblos de Ardales y Álora, o las ruinas de Bobastro.
Una cámara viajera 
Nos pasó que hace dos años fuimos expresamente para hacer el caminito del rey pero no había entradas…
Me gustaMe gusta